Se cansó el amor
de tantos vaivenes emocionales
y escapó por la ventana.
Llegaron las quejas
huyeron las miradas
no supimos pedir perdón.
Creímos tener vacíos,
buscamos como llenarlos
y nos perdimos los dos.
Inventamos carencias
que no existían
y dejamos la puerta abierta.
No respetamos los espacios,
las risas dejaron lugar
poco a poco a los silencios.
La rutina se adueño
de nuestro nido
y nos acomodamos.
Cerramos el corazón
y olvidamos el dialogo
de los abrazos largos.
Tus ojos dejaron de verme
los mios poco a poco
se fueron apagando.
Creímos que el otro
tenia la obligación
de completarnos.
Luchamos a destiempo
cada uno en una época
y a solas por su lado.
Y llegamos a ahogarnos
tratando de sujetar
algo que ya había volado.
Tal vez no pusimos
demasiado empeño
en alcanzarnos.
Y la tristeza y la vida
con los adentros rotos
continuaban pasando.
El dolor malentendido
llego a secar las lágrimas
dejando sin riego las raíces.
Girábamos las caras
al cruzarnos por la casa
para no encontrarnos.
Dejaron de rozarme
tus gritos y reclamos
había levantado un muro tan alto!
Pusimos tanta distancia
entre nuestros cuerpos
que dejamos de sentirnos los latidos.
El alma buscó en el aire
tantos suspiros y besos
que ya habían huido.
Sin darnos cuenta
llegamos a despreciar
cuanto habíamos construido.
Aun a veces se para el tiempo
y extraño las caricias
de tu piel y tus manos.
Había tanta dulzura
entre las costumbres
de hacernos cosquillas!
Tuvimos tanto amor
que no cabía en el cielo
y no supimos alimentarlo.
Laura
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